También llamada esfinge colibrí, la Macroglossum stellatarum es una polilla grande y diurna que pasa todo el año en la península ibérica. Es migratoria, por lo que puede subir en verano al norte de Europa y en invierno bajar a África, donde hibernan escondidas en grietas de árboles, rocas o edificios.
Sus rápidos revoloteos, su volar inquieto, su estaticidad al livar y su larga trompa hacen que, si uno no sabe de la existencia de esta polilla, parece que ha visto un pequeño colibrí. Esta polilla mide unos 4 o 5 cm y su trompa puede doblar la extensión de su propio cuerpo.
Vuelo prodigioso
Sus alas baten unas 85 veces por segundo, por ello es capaz de livar en un vuelo estático. Puede alcanzar velocidades de 60 a 70 km/h y también puede volar hacia atrás.
En verano visita lugares tan al norte como Islandia y Noruega. La distancia entre Inglaterra y Islandia es de 855 km, aunque podría escalar en las Islas Feroe que se encuentran a una distancia de 500 km de Islandia… Con esas distancias o coge el ferry, o… ¿¡Debe volar durante más de 7 horas a 70 km por hora!?
Pero sus viajes no se quedan allí, también ha visitado Groenlandia, la isla Jan Mayen, a 400km de Groenlandia, y la Isla del Oso, situada a unos 400km del Cabo Norte noruego. Los países más tropicales que visita son Gambia y India.
Alimentación
Para mantener su elevado ritmo de vida necesita mucha energía, por lo que busca flores con gran cantidad de néctar y tiene predilección por las flores de salvia, romero, cardo viborera, prímula y verbena. También son grandes polinizadoras de madreselva (Lonicera). Y necesitan tal cantidad de energía que pueden seguir alimentándose durante el apareamiento.
Reproducción
Durante la primavera busca su pareja, de la que se separa en cuanto la hembra es fecundada. La hembra pone unos 200 huevos en plantas muy específicas, ya que las larvas se alimentan de espinadella (género Galium) o rubia (género Rubia) y, ocasionalmente, de otras plantas de la familia Rubiaceae.
Truco para volver a verlas
La polilla Colibrí tiene buena memoria y vuelve a los sitios donde sabe que hay alimento abundante, por lo que si la ves un día a una hora, es fácil que la vuelvas a ver otro día a la misma hora. Aunque fotografiarlas… ¡Es todo un reto!